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Por fin ha llegado la primavera a Pinilla, y toca abrir las ventanas y orear la casa tras un tiempo largo de lluvia y ausencia. El día amanece limpio de nubes, y supone un gozo pasear por caminos y senderos, entre los campos que verdean y el murmullo de la vida que vuelve tras el largo invierno.
Obviamente, el pueblo sigue igual. Esperamos que con el buen tempero se inicien las obras de construcción anunciadas. Nos acercamos a la fuente, junto al frontón, a fin de comprobar si los olmos de variedad pumilla, que se plantaron en el pasado año a expensas de la Asociación, han brotado y hay síntoma de que algún día darán sombra. El resultado es positivo, y hacemos la foto pertinente para que desde cualquier lugar podáis ver que la tierra de Pinilla es agradecida. En lo que me afecta y concierne, tomo nota del primer esplendor del pruno que en su día plantamos en nuestra casa, y que contra todas las previsiones de agoreros se ha aclimatado.
De las cosas negativas que en esta escapada al pueblo apuntamos, resalta el deterioro de fachadas que desde hace muchos meses amenazan desmoronarse, con el riesgo que para las personas comporta. Aunque algunos intentemos alejarnos de la zona de peligro en nuestro caminar, en cualquier momento pueden desplomarse , y como es de rigor, si la circunstancia llega a producirse, los interesados intentarán escaquearse del asunto y decir que no sabían nada. Nos consta, según nos comenta el alguacil, que en el Ayuntamiento de Barahona están debidamente informados, y que los propietarios a quienes concierne reparar sus casas y paredes están avisados de su obligación al respecto. Esperemos que no haya que lamentar consecuencias de omisiones y posibles negligencias, y que próximamente podamos publicar en esta web una nota tranquilizadora y las fotos que constaten que el asunto ha sido solventado. Lo importante es que llega el buen tiempo, y quisiéramos que se cumpla el deseo de dar buenas noticias, que el año venga bueno para el campo y para todas las familias que de Pinilla provenimos, amén de que con la unión de todos mantengamos alguna pavesa de optimismo sobre el futuro de la actual pedanía, como esos olmos nuevos que parecen querer crecer y sobrevivir.
JDN
 
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