Enlazando el pasado con nuestra historia presente

No sé si realmente son cincuenta años que el reloj de Pinilla del Olmo dejó de funcionar, lo importante es que transcurrido tanto  tiempo alguien se ha preocupado de recordar que Pinilla tuvo un pasado, que por esas calles ahora desiertas con sus casas medio derruidas, vivían unas personas, cada una con su historia. Y también se celebraban unas fiestas patronales con mucho bullicio.

 Aprovechando los medios de comunicaciones actuales, ahora podemos reflexionar sobre la importancia que tiene nuestro pasado, A mí personalmente me ha emocionado.

 Mis abuelos eran de Pinilla: Julián Bartolomé y Anacleta Alonso, ahí están en la foto con mi madre, Purificación, mi tío Jaime, y también Manuela Pastor a la que cuidaron. Recuerdo mi infancia en casa de mis abuelos y nuestras travesuras; en especial una en pleno invierno patinando sobre el hielo que cubría una charca debajo del pueblo, avisaron a mi abuelo para comunicarle  las “maravillas” que hacíamos sobre el hielo. El resultado fueron unos zurriagazos morrocotudos.

A  mí me gustaba ir a su casa de su hermano, Juan Francisco, que como comentas sobre las desavenencias, ellos tampoco congeniaban mucho. Solía  sentarme  al lado de la grandiosa chimenea, escuchar las historias que contaban, y otras veces escuchar una enorme radio que tenían. Como además me solían dar un trozo de pan con un torrezno, mas contento que Pepón.

 Siendo ya un poco mayor - once o doce años-, en época de verano tenia que ayudar en los quehaceres del campo, mi trabajo consistía en  acarrear la mies en dos mulas que tenían mis padres, el inconveniente era que yo vivía en Barahona y cada día tenia que ir al termino de Pinilla, a las fincas de mis abuelos. Hacía el trayecto tres veces al día: una cuando amanecía,  otra a buscar la comida y la tercera cuando regresábamos a casa al anochecer. En el  trayecto que hacia solo, alguna vez la carga no estaba bien sujeta o los mulos se me espantaban, tu veras cómo me apañaba para cargar otra vez los fajos de trigo, siendo un retajo.

 A los trece años me marche a estudiar formación profesional con los Salesianos a  Urnieta,  ( San Sebastián) a partir de esa época perdí casi todo el contacto con el pueblo, de Barahona y el de Pinilla menos.

 Las vacaciones las disfruto en el  pueblo de mi mujer Santa Eulalia del Campo (Teruel) otra provincia hermanada con Soria. A partir de ahora intentare guardar algún dia para visitaros y felicitaros personalmente por el buen trabajo que estáis realizando.

Actualmente mi trabajo consiste en manejar  "BIT" para que no se desmadren y puedan funcionar motores, válvulas, etc... 

Me ha hecho mucha ilusión que nuestros pueblos tengan una Web al menos no nos sentiremos tan distanciados de nuestras raíces, y si es posible poner en marcha el reloj, pues colaboraremos en lo que se pueda. 

Jaime SalcesEl reloj parado en la torre

Gerona, Primavera de 2004

 

Volver....