Solo dos chimeneas soltaban el humo de carrasca que trepaba hacia los limpios cielos de Pinilla del Olmo en la noche de Navidad. Uno percibe en aquel silencio el sentido de la Nochebuena, como plena noche de paz.
El tiempo con aguanieve y lluvia, nubarrones en lontananza, al fondo las crestas nevadas, viento y de vez en cuando intervalos de sol que se aprovechan para que bajen los polvorones y el cordero, que por cierto nunca salió mejor, que se notaba había pacido en aquellos predios.
Papá Noel nos ha traído un tejado nuevo en lo que fue escuela y secretaría, y hoy lugar de cuchipandas. La obra la realizaron, magníficamente por cierto, los hermanos Yagüe de Barahona. Ahora solo queda acondicionarlo por dentro, pero lo bueno es saber que en el interior estamos seguros.
No faltó un pequeño Belén, que improvisamos bajo una rama de pino que Maica y José Luís consiguieron. Lo importante es que a partir de ahora, amén de fiestas y buenas intenciones, los que allí nacieron o sus hijos, den un paso adelante en la voluntad de reconstruir alguno de tantos tejados desmantelados del pueblo y que pronto sean más las chimeneas vivas en la noche de Navidad. Os acompaño fotos de las novedades, y por supuesto nuestro deseo de salud y felicidad para el 2010.
Javier
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