CELEBRACIÓN de
la VIRGEN DEL CAMPO
20 de agosto
de 2005

Nuevamente
volvemos a Pinilla del Olmo los hijos y descendientes del pueblo
desperdigados por el resto del orbe y los amigos de la comarca para juntarnos con los
pocos que
cuidan todo el año de estos altos y puros páramos. Repetimos la experiencia
del pasado año y vuelve a ser una cita en el calendario digna de
ser vivida para años sucesivos; y aprender de los pequeños errores
para no repetirlos.
Así, otro año
se intentará fijar la fecha, para que sea lo más participativa
posible y seguro que al carnicero se le pedirá la cantidad justa,
con alguna ración de más... y sortearemos los imponderables del
tiempo, que unos años sale el día caluroso, otros ventoso y
este año hemos rozado un día frío. Y cada vez más, los pinillenses
volverán a sentirse orgullosos de un origen donde se respiró y se
respira lo más admirable del alma castellana.
Y
para 2006 hasta el señor cura, que estará ya restablecido, nos invitará al cordero asado,
porque celebrará también sus bodas de oro de sacerdote, con su
sotana de la misma edad, entre los ornamentos ecclesiásticos
heredados también de tiempos más lejanos; y gustará de llamar a
sus feligreses a las celebraciones de las festividades de la
Virgen, bajo las advocaciones del Campo y del Tremedal.
Y
los Gaiteros de Matamala, que siendo padre e hijo, completan una
entera banda de música. Magistral es el dominio de la batería y el
redoble del tambor de este último.